viernes, 3 de noviembre de 2017

Wondermaravillas #EligeSerAmable #EligióSerAmable


- Profe, llevo todo el verano pensando en lo que me dijo.
Me había acercado a ellos para ver como les había ido el verano. Suelo hacerlo. Había comenzado a echarlos de menos, pero nunca lo reconoceré delante de ellos. Esto es un poco como ser padre. Uno se encariña fácilmente, pero ellos te lo ponen fácil. Y una de las wondermaravilla me sorprendió como solo de vez en cuando suelen hacer las wondermaravillas. Y te carga de responsabilidad, pero, sobre todo, te cargan de algún acierto y de energía para seguir con los otros wondermaravillas.

Esto nunca ha sido de color rosa. No lo piensen por un momento. Para comrobarlo, miren como terminé el pasado curso, cansado como nunca, salvado por la campana y por la paciencia de los amigos. Suelo usar energías renovables, pero a veces, el viento deja de soplar.

Entonces, me topé con Wonder. Me costó comenzar, No acabar, aunque, un secreto: guardo tres páginas a modo de antispoiler.

A mi amiga le dije: - no es redondo, es como el soldado. Sin serlo, lo tiene todo para llegar. Y vaya que lo va a hacer: es Wonder.

Y le venía como anillo al dedo de alguien que no los usa.

Hace unos tres años, en uno de mis adorados pasillos, se acerca una wondermaravilla. Su cara no cabía en ella. Su corazón, grande, se salía por momentos. Andaba como las muñecas, apoyada en dos muletas que no ejercían de tales, sino que lo hacían de trampolines que la hacían volar.

- He venido -me dijo- para que me veas caminar. Su sonrisa se escapaba de su cara y, la mía, no encontraba disimulo. Al fin, cuando siguió de largo y pude superar el sonrojo, mi corazón creció como el suyo.

Fue una de las wondermaravillas de ese año. Hizo crecer a un grupo grande ya de por sí y, a mí, me cargó las baterías durante dos años enteros. Ahora, espera nuevamente esas muletas salvadoras y yo, me conformo con ver sus pasillos y reconocer en sus sonrisas que los echo de menos.

Solo me salvan los nuevos wondermaravilla que año tras año me regalan sus sonrisas. Y las que nunca nos dejan.

Hoy almorzaba en un restaurante con una amiga para ir, después, a comprar un regalo a un compañeroamigo de más de 20 años que se acababa de jubilar. Nos atendió uno de esos otros wondermaravilla con lo que tuvimos paciencia y algunos gramos de cariño. Es con esos pagos diferidos cuando recobras los ánimos y te das cuenta de que valió la pena.  Ese aprecio que no transmiten las palabras lo conocen todos los renovables.

Wonder es esa necesaria mirada que necesitamos todos los docentes para entender que nuestra labor es superior a los números. Cuando lo ves negro, matizar de otra manera, impregnar de color las entrañas, llenar de esperanzas las muletas. Saber que cambiar el aire depende de ti. Saber que se puede, querer que se puede, quitarse los miedos, pintarse la cara color esperanza, mentar al futuro con el corazón.

Wondermagia. Es el agua, es el viento, es resumen de todo lo que siento, es la arena, es el sentimiento, es la tinta que no borra ni el silencio, es el aire de puntillas, es la calma corriendo carrerilla, es el sabor de lo pequeño, es tocar un sueño, es el mapa de un suspiro, es lo que hay cuando te miro, es el duende del latido de tu corazón. Magia es probar a volcar lo que hay en el fondo de ti, magia es verte sonreír. Magia es probar a saltar sin mirar. Es caer y volver a empezar.

Docente que caes, abre tu mirada y mira lo que te regalan los wondermaravillas. Son regalos que tienes ahí, que cualquiera no ve.

Proponer amabilidad y ver brillar ojos no tiene precio. Eres docente y lo sabes y es eso lo que te hace apreciar tu trabajo. Te crees salvador y resultas ser salvado.

Gracias a las amigas por su paciencia.

Gracias a mis wondermaravillas de todos los tiempos.

Siempre tratabas de seguir nuestro ritmo, pero lo que nunca te faltaba era una sonrisa con la que regalarnos tu wonderesencia.

Tenías una entrada reservada ¡Quién es el guapo que dice que no irás!

Caen.

In memoriam: WonderJosué.


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